Retrato de una joven desnuda sentada en un sillón con la ropa cayendo a los pies y cierto gesto de pudor, que sin embargo delata una cierta complacencia del artista en el tema del desnudo y la sensualidad del cuerpo femenino.
El colorido que tiende a rojos y amarillos es uno de los elementos singulares de éste desnudo, entre los varios que realizó Pinazo. En él la cantidad de materia pictórica parece construir el cuerpo de la modelo en función de brochazos muy densos y pastosos que hace que destaque sobre el fondo.
Adquirido por el Museo de Arte Moderno en 1957 junto con otras pinturas de este artista.
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