El lienzo representa el instante final de un combate entre dos gladiadoras, un tipo de duelo practicado ocasionalmente en la Antigua Roma.La obra fue encargada a Ribera en Nápoles por el virrey, conde de Monterrey, y forma parte del encargo de obras de entretenimientos circenses pintadas en Roma y Nápoles a mediados de la década de 1630 para decorar el Buen Retiro.