La escena representa a un jinete sobre un caballo marrón, de espaldas, mientras lleva sujeto por la brida a un caballo blanco. En el momento en que se dispone a entrar en un río, un perro se lanza ladrando en dirección a ellos. Los caballos se asustan y un niño con un palo en la mano intenta detener al perro. Detrás aparece un pescador que parece ajeno a la escena.
El mal estado de conservación de la superficie pictórica desvirtúa la correcta apreciación de este cuadro que por su composición y rasgos estilísticos debe ser colocado a comienzos de la década de 1650, es decir, cuando Wouwerman comienza a liberarse de la influencia del naturalismo de Pieter van Laer il Bamboccio (1599-después de 1642), y a conceder un mayor protagonismo a la naturaleza: a partir de ahora ya no se trata de figuras colocadas delante de un paisaje, sino de un paisaje poblado con figuras. Éste será el género cultivado en adelante por Wouwerman y en el que llegará a conseguir una absoluta maestría.Desde el punto de vista compositivo, todavía mantiene la presencia de un plano diagonal que cierra la composición por uno de los lados, en este caso por el izquierdo, y asimismo la línea del horizonte sigue siendo alta. Sin embargo, la articulación del espacio es fluida y homogénea, pues la anterior estructuración a base de planos horizontales de color bien delimitados, ha sido sustituida por la perspectiva atmosférica que funde luces y colores y dota al conjunto de una mayor profundidad. Las figuras siguen ocupando el primer plano, pero están más alejadas del espectador y dotadas de un mayor dinamismo. El grupo formado por el niño corriendo detrás del perro deriva de Van Laer.Existe otra composición de Wouwerman, El impetuoso caballo blanco, también sobre tabla y de casi idénticas medidas que, curiosamente, parece en cierto modo narrar el episodio siguiente a la escena que aquí nos ocupa: el jinete, en este caso representado de frente, mantiene al caballo blanco, todavía asustado, sujeto por la brida, pero ha logrado tranquilizar a su montura que entra en el agua por un vado junto al pescador.
Forma parte de la colección de Isabel de Farnesio. En 1746, 1766 y 1774 figura en el palacio de La Granja de San Ildefonso. Posteriormente es trasladado al Palacio de Aranjuez, donde consta en 1794 y 1818. Desde allí es enviado al Museo antes de 1834.