Arcón prismático, de tapa rectangular lisa y con ligero vuelo respecto al cuerpo principal. Frente dividido en tres calles cada una de ellas con paneles enmarcados por rectángulos. Lleva patas de garra y doble cintura separada por un cordón de hueso y madera en diagonal. En el interior, que deriva de las cajas de cubierta plana con cajoncillos interiores, adosado a la trasera y a los costados, hay compartimentos y gavetas definiendo una U en planta, con tapa abatible.
Destaca la riqueza de su decoración, que cubre su interior y exterior. En la tapa se encuentra la técnica de marquetería en grano de arroz, con incrustaciones en hueso y boj, configurando motivos geométricos y florales (estrellas rodeadas por círculos con pétalos y roleos), (...) . La tapa interior está compuesta por rombos y estrellas de ocho puntas inscritas en circunferencias.
El frente está compuesto a base de rectángulos que alternan con fuentes, (...) . El friso que enmarca a dichos rectángulos, mediante una sucesión de hexágonos con flores o estrellas de seis pétalos, insertado en líneas curvas de círculos entrelazados de boj,(...). El esquema compositivo del interior de cada uno de los rectángulos es un hexágono repetido ad infinitum, formado por la combinación de pequeñas piezas de hueso de forma romboidal que alternan con pequeños cuadrados.
Los motivos geométricos y florales son frecuentes en los escritorios aragoneses de taracea mudéjar de los siglos XVI y XVII y también en los de la zona catalana.
La marquetería de la tapa para el ajedrez o las damas es muy característica en las mesas de juego pero cuya presencia en el arca presupone su función decorativa o que se colocase a los pies de la cama.
La alternancia de rectángulos con fuentes se derivan de la taracea italiana,que se desarrolla a partir de la decoración clásica de los jarrones con flores, presente en la sillería de la Cartuja de Pavía, el coro de Monteoliveto o la catedral de Perugia, como recoge Aguiló.
Realizado con la técnica de la taracea de tipo granadino (tarsia a toppo o en bloque), a imitación de la decoración de las ocho sillas que se conservan en la catedral de Toledo y actualmente depositadas en el Museo de Santa Cruz de Toledo. En los costados el fileteado de boj configura motivos circulares que se repiten en el interior de los cajones y en las esquinas se disponen estrellas con cola dispuestas en posición diagonal, motivo decorativo típico de las interpretaciones catalanas a partir de finales del siglo XVII. La moldura de separación del zócalo y el cuerpo va remarcada por cordón bicolor de hueso y nogal.
El friso es característico de las taraceas de los muebles catalanes y valencianos.
A pesar de su influencia italiana hay elementos genuinamente hispanos, presentes en muebles de Aragón, Valencia o Cataluña, en las técnicas decorativas como la taracea de embutido sobre macizo y taracea en bloque; en los materiales empleados (nogal, boj, hueso) y en los motivos ornamentales (las estrellas inscritas en hexágono, los cordones bicolores), que responden a un modo de producción típico de las interpretaciones del siglo XIX. Su decoración es una síntesis de influencias configurando la apariencia de un mueble español. Su autor demuestra un gran conocimiento de los diferentes tipos de mueble.
Hay que señalar una serie de ejemplares similares a las auténticas italianas que se encuentran en los museos europeos, Berlín, Ermitage, Rijksmuseum o Victoria & Albert. En España se conservan piezas italianas en las catedrales de Valencia y Ávila. Ejemplos de interpretaciones españolas del XIX se encuentran en un arca de la colección Latorre de Zaragoza, de la colección Torella de Palma de Mallorca, de la colección Cenia, un ejemplar vendido en Durán en noviembre de 1988 (nº 1324), que recoge Aguiló además del arca de la catedral de Toledo o el ejemplar que Alcalá Subastas sacó en octubre de 2004: el arca de novia de Juana la Loca y Felipe el Hermoso, que llevaba en el frente el blasón con los escudos unidos de ambas casas reales, flanqueado por dos castillos. Castellanos destaca la presencia de un importante y poco estudiado comercio de importación de muebles de lujo del norte de Italia, que se encuentra en España en gran número de piezas de finales del siglo XV, a lo que se suma la influencia que ejerció la taracea pictórica italiana.