Acaso sea esta misma obra, u otra muy semejante completada con brazos y cabeza, la que publicó G. B. Cavalieri en una colección de grabados impresa en 1594. Según su propia anotación en la lámina, la escultura se hallaba en Roma, en el Palazzo Farnese, y era "obra de Timantes". Ignoramos de dónde pudo el grabador tomar tal dato: acaso de una inscripción más o menos legible en un pedestal perdido, o quizá del recuerdo inseguro de una frase de Plinio: "En cuanto que, en ese mismo templo (el de Apolo Sosiano, en Roma), lleva una cítara, su autor es Timárquides" (N.H., 36, 35). Sea como fuere, los historiadores actuales prefieren esta última forma para el nombre del artista, y lo identifican con el hoy llamado Timárquides I, que encabeza en Atenas, junto a su hermano Timocles, una escuela caracterizada desde el principio por su decidida estética neoática. Si la presente obra evidencia el retorno a la "curva praxitélica", sabemos que el propio Timárquides realizó en el escudo de su Atenea "una imitación de los relieves del de la Atenea Pártenos" de Fidias (Pausanias, X, 38, 8). En cuanto a su hijo Policles, fue el autor del famoso Hermafrodita dormido, del que el Prado tiene un vaciado en bronce (E00223). La presente escultura, llegada a España por caminos ignorados, pertenece a un tipo que tiene su mejor versión en el Apolo de Cirene, conservado en Londres. Hay sin duda diferencias de detalle entre las dos figuras, pero ambas evidencian una clara dependencia del Apolo Liceo de Praxíteles: sólo las formas carnosas de la anatomía, excesivamente realistas para ser aceptables en el siglo IV a.C., recuerdan la formación del artista del Helenista Pleno.