Alfonso V de Aragón y I de Nápoles (1396-1458) conocido como El Magnánimo, hijo del regente de Castilla Fernando de Antequera y de Leonor de Alburquerque, fue rey de Aragón, Valencia, Mallorca, Sicilia, Cerdeña, conde de Barcelona y, desde 1442, rey de Nápoles, ciudad en la que creó la primera gran Academia humanística de Europa. Desarrolló una importante labor de mecenazgo y nunca la capital napolitana fue más clásica como bajo su reinado. El recuerdo a la antigüedad, dominante en la corte del rey Alfonso, queda patente en esta medalla realizada por el orfebre y escultor italiano Cristóforo di Geremia. En ella, el rey está representado con gran realismo, a la manera romana, mostrando las magníficas cualidades del artista mantuano. El bello bajorrelieve del reverso nos presenta al rey sentado sobre trono ornado con esfinges, símbolo de sabiduría, portando la espada de la justicia y el globo del poder, que está siendo coronado por los dioses de la guerra, Marte y su compañera Bellona.