Existen dudas en cuanto a la identidad del retratado, según algunos investigadores puede ser el infante don Carlos María Isidro de Borbón, o su hermano don Francisco de Paula de Borbón, hijos ambos de Carlos IV. Carnicero representa la mirada vivaracha del niño llena de inteligencia y decisión. Son notables la energía que describe la expresión, la gracia espontánea de la actitud y el interés por destacar la atmósfera infantil, merced a los juguetes que aparecen en la escena. La habilidad que muestra el pintor para conseguir la verosimilitud de los detalles se basa en sus especiales dotes de observación para plasmar todos los pormenores con gran acierto en la tela, así como en el dominio de una técnica que mediante la armonización de la iluminación, el cromatismo adecuado, el efecto de volumen, y el atinado logro de las calidades táctiles ayuda a completar.