Séneca, maestro del emperador Nerón, fue acusado por éste de traición y por ello condenado a muerte. Como desprecio al poder imperial, el filósofo decidió quitarse la vida él mismo. Primero cortándose las venas y luego tomando un veneno, aunque finalmente fueron los vapores de un brasero los que acabaron con su sufrimiento. El cuadro, refleja el momento en que estando tendido en la bañera el cuerpo yaciente de Séneca, sus amigos lloran a su alrededor. Detrás del grupo se aprecia el brasero aún humeante
El artista planteó en esta pintura una composición horizontal, recordando frisos pictóricos clásicos como los que se representan en la pared del fondo. El formato rectangular se contrapone a elementos verticales como la vasija del primer término y las columnas.
La obra logró la primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1871 junto con la Muerte de Lucrecia de Rosales (P4613). Ambas pinturas marcarían la vuelta a la temática clásica de la pintura de historia en España, ya que estos argumentos eran preceptos morales ejemplares que ningún espectador podría desdeñar.
Tras ser adquirido en 1873 para el Museo de Pintura y Escultura pasó al Museo de Arte Moderno.