El 1 de mayo de 1625 don Fadrique de Toledo recuperó para España la importante plaza de Bahía de Todos los Santos en Brasil, ocupada un año antes por los holandeses. El cuadro, dividido en dos partes, representa el momento posterior a la batalla. A la derecha, el general español muestra un tapiz a los vencidos, en el que el rey Felipe IV está siendo coronado con el laurel de la victoria por el conde-duque de Olivares y por Minerva, pisando a la vez los cadáveres de la Herejía, la Ira y el Engaño, en alusión a los enemigos de la monarquía española. A la izquierda, Maíno optó por mostrar las consecuencias de la guerra, a través del sufrimiento de las víctimas representado en la mujer rodeada de niños que podría personificar la Caridad cristiana.
Realizado para el Salón de Reinos en el Palacio del Buen Retiro, allí permaneció hasta que fue llevado a París para el Museo Napoleón. Devuelto en 1815, se depositó la Academia de San Fernando hasta 1827, fecha en que ingresó en el Museo.
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