Goya representa dos tipos de caza en una sola obra, a pie y a caballo, con varias suertes individuales. En primer término un cazador tira a las codornices y otro sigue a su perro, que olfatea una presa escondida en un matorral. Al fondo, dos jinetes dan caza a una liebre, seguida de cerca por los galgos.
El estudio de los animales y del movimiento es la mayor aportación de esta obra. El caballo blanco está basado en bajorrelieves de la Antigüedad, estudiados por Goya durante su estancia romana. En el galgo al galope hay un magnifico estudio del movimiento continuo y sus posibilidades de representación en la pintura.
La obra es uno de los cartones para los tapices del comedor de los príncipes de Asturias en El Escorial.