Representa a un niño concreto romano, pese a la idealización común a todas las efigies infantiles romanas. Presenta un detalle que nos permite fecharlo, el peinado, que muestra una curiosa ordenación en franjas de pequeños mechones peinadas alternativamente hacia la izquierda y la derecha. Es una moda de época tardo-flavia o trajanea temprana.La cabeza del niño aparece adornada con una corona vegetal de dificil definición y está colocada sobre un torso desnudo de carácter clásico, lo que permite al escultor conferir al retrato un carácter heroico.