Cabeza que imita el estilo de los retratos griegos antiguos. Para Barrón (1908) se trata de un trabajo moderno; Ricard (1923) lo publicó como griego desconocido, considerando sólo antigua la cabeza. Tormo (1948) como retrato del orador romano Pluvio Aelios Aristides, personaje del siglo II d.C. y uno de los mejores retratos psicológicos. En los catálogos de Blanco (1957) y Blanco/Lorente (1969) se mantuvo entre los trabajos clásicos, pero su antigüedad ha sido descartada por Scröder (1994).
Pertenece a la serie de retratos realizados durante el siglo XVIII con el fin de recrear la Antigüedad clásica, quizá encargado por el propio Azara, que lo identificó con el orador Lisias.Procede de la colección de J. Nicolás Azara, fue donado a Carlos IV en 1796.
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