Cuadro que invita a meditar sobre la Pasión, recurriendo el autor a la técnica de los nocturnos. Las escenas nocturnas gozaron de gran difusión a finales del siglo XVI, utilizando los pintores esta estrategia para dirigir la mirada del despectador. El dramatismo que supo imprimirle su autor, aprovechando el color de la pizarra para ambientar la escena e incluyendo una lágrima en la mejilla de Cristo, justifican la inclusión de este cuadro entre las â??imágenes de devociónâ? que poseía Felipe II en el Alcázar de Madrid. La composición deriva de un Cristo incoronato di Spine realizado por Jacopo Bassano hacia 1589-1590.
Etiketak: