Retrato de un religioso de la Orden Trinitaria, vestido con el hábito correspondiente y sobre fondo oscuro.
El pequeño tamaño de la obra y el hecho de que esté sin firmar, indican que posiblemente fue un estudio para un retrato de mayores dimensiones hoy en día desconocido.
El Greco pintó numerosas obras parecidas de amigos y conocidas personalidades del Toledo del momento. Normalmente, todos ellos sobre fondo oscuro e iluminados por un único foco de luz que realza los tonos de blanco casi puro y el rostro de los personajes.
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