Delante de una taberna o posada, reconocible por el banderín rojo, se celebra una fiesta de campesinos o aldeanos. Estos beben, comen o bailan con la música de un gaitero que sobre un tonel hace sonar su instrumento. A la izquierda, destacados por sus distintos ropajes, varios personajes distinguidos acuden entre indiferentes y curiosos a la fiesta. Al fondo se observa el edificio de una gran iglesia que indica la presencia de una población en las cercanías.
Partiendo de las pinturas de su maestro Adriaen Brouwer (1605/1606 - 1638), Teniers realizó innumerables escenas de género, pero con un tratamiento mucho más amable. Obras de tema muy similar a ésta, donde repite grupos y personajes, como el gaitero o los danzantes. También el árbol es utilizado en varias ocasiones, aquí dividiendo la escena en dos: a su derecha el volumen de la casa y a la izquierda una fuga en perspectiva, aspecto común en muchas de sus obras.
En ocasiones se ha identificado al autor entre los personajes de porte noble, aunque en otras ocasiones alguna de estas figuras ha sido considerada un retrato del archiduque Leopoldo Guillermo, mecenas del pintor.
Probable adquisición de Carlos IV, en 1814 estaba en el Palacio Real.