Vestido a la moda de principios del siglo XVII, el Rey español (1605-1665) está representado muy joven siendo aún príncipe. El bastón de mando y la decisión con que recoge las riendas marcan una clásica actitud de poder que dota a la figura de la apropiada majestad.
Está realizada probablemente por Pietro Tacca, a tenor de otras esculturas suyas, con las que esta obra guarda semejanza. El caballo sigue el modelo de la famosa estatua antigua de Marco Aurelio que se encontraba en la plaza del Campidoglio en Roma, así como de una variante de ésta última realizada por Daniele de Volterra para el monumento de Enrique II de Francia.