Después de ser decapitado, el cuerpo de Santiago es conducido por sus seguidores y discípulos a la barca que, desde Jafa, le trasladará a Galicia. En segundo término presencian el embarque Herodes Agripa y su séquito, mientras que el verdugo envaina la espada utilizada para dar muerte al Apóstol. Probablemente procede de la Iglesia de Santiago en Zaragoza.