Retrato del pintor Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828) sobre fondo verde, sentado sobre una butaca y sujetando la paleta y los pinceles de su profesión. A la izquierda, en un caballete, la dedicatoria de López a Goya.
Una de las obras cumbre de la producción de Vicente López, es también uno de los retratos más difundidos del propio Goya incluso por encima, según algunos autores, de sus propios autorretratos.
Llama la atención la vivacidad de la obra, consecuencia, en parte, de la pincelada libre y sin pulir utilizada por el artista en esta ocasión y que dista bastante de su práctica habitual en los retratos de encargo.
Impacta la fuerza expresiva de la mirada de un Goya que contaba ya con 80 años de edad, en contraposición con su pose academicista.
Se conserva un posible boceto preparatorio para este cuadro en el Museo de Arte Decorativo de Buenos Aires, Argentina.
Etiketak: