El mito de Dánae narra cómo Acrisio, rey de Argos y padre de Dánae, consultó un oráculo que le predijo la muerte a manos de su nieto. Para evitarlo encerró a Dánae en una torre, lo que no impidió a Zeus poseerla en forma de lluvia de oro.
Tiziano había abordado este asunto años atrás (Nápoles, Museo Capodimonte) y las similitudes entre una Dánae y otra son obvias. También las diferencias, pues la Dánae del Museo del Prado, de perfiles menos nítidos y pincelada más deshecha, supera a la napolitana en sensualidad.
Tiziano realizó para Felipe II una serie de pinturas conocidas como “Poesías” inspiradas en textos clásicos, principalmente las Metamorfosis de Ovidio. Además de las dos del Museo Prado -Danae y,Venus y Adonis (P422)-, figuraban Diana y Acteón y Diana y Calixto (Edimburgo, National Gallery), El rapto de Europa (Boston, Isabella Stewart Gardner Museum) y Perseo y Andrómeda (Londres, Colección Wallace). Fue Tiziano quien eligió los temas de las obras y las bautizó como “Poesías”, concebidas como pinturas para deleite de los sentidos ajenas a interpretaciones simbólicas o morales. A diferencia del “Camerino de alabastro”, desconocemos dónde colgaban las “Poesías”.
Las “Poesías” se citan en el Alcázar desde 1623. Localizadas posteriormente en el nuevo Palacio Real de Madrid y la Academia de San Fernando, ingresaron en el Museo del Prado en 1827.
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