Recipiente de cuerpo semiesférico con base anular y labio ligeramente exvasado. En el interior se representa un paisaje esquematizado, con arbustos y árboles de finos troncos retorcidos que flanquean a un grifo de perfil, en actitud de movimiento. Suelo con arbustos. Esta escena se enmarca por un friso con decoración de roleos. El exterior se decora con árboles de finos troncos y ramas ondulantes, alternando con arbustos y animales (conejos y liebres). Su exterior está decorado con motivos vegetales similares a los del interior, entre dos banda concéntricas.

La tonalidad predominante en la decoración es el verde esmeralda con ocre, algo azul oscuro y perfiles de marrón negruzco. Vidriado de tono cremoso.
Perteneciente a la serie polícroma, en la que sobresalieron ambos centros de producción siendo difícil indicar su adscripción a uno u otro aunque los estudiosos destacan que en Puente es representativo el empleo del color verde esmeralda, el amarillo y los trazos en negro junto a los círculos concéntricos en los bordes. Es una serie que indica en la segunda mitad del siglo XVIII y pervive en la actualidad. El cuenco es una de las tipologías más representativas de la producción polícroma. La presencia de los temas cinegéticos se debe posiblemente, como señala Pleguezuelo, a la influencia de la pintura holandesa y aparece en los cuencos.

En relación con los temas más habitualmente representados en las cerámicas de la serie polícroma (árboles esquematizados y animales) se encuentra el pino, al principio semejante al ciprés pero que con el tiempo se estiliza hasta asemejarse a un arbusto o matorral. Este motivo aparece en el cuenco y se puede inscribir dentro de la serie del pino aunque éste no sea el tema principal, con lo que su cronología puede ser de fecha más tardía que los otros cuencos, de finales del siglo XVIII o principios del XIX.