Ante un fondo de paisaje crepuscular, el cuerpo inerte de Cristo es sostenido por un ángel mancebo. A la izquierda del sudario una jofaina de azófar con la esponja, los clavos y la corona de espinas hacen referencia, junto las heridas de Jesús, al suplicio de la Pasión.
En esta obra, enclavada en su segunda etapa madrileña, Cano explora las posibilidades expresivas de la luz como vehículo para concentrar nuestra atención en una escena dramática y construye una obra adecuada para la meditación pausada y concentrada al reducir la expresividad gestual al mínimo.