En primer plano se representa una escena cotidiana con una cocina repleta de elementos de naturaleza muerta y dos mujeres en actitud de trabajo. Al fondo, bajo un pórtico, aparece la escena de la visita de Jesús a casa de Marta y María, según se relata en el Evangelio de San Lucas (Lucas 10, 38-42). Esta historia evangélica es apropiada para resaltar lo espiritual por encima de las cosas materiales.
La abundancia de los objetos del primer plano, que recuerda la opulencia de las clases adineradas flamencas, es superada por la trascendencia del hecho religioso relatado en el último plano. Este recurso rompe con la jerarquía temática tradicional y fue característico de los artistas flamencos del momento, teniendo una gran influencia en la obra temprana de Diego Velázquez.
Beuckelaer combina en esta obra la capacidad realista de representar los objetos, propia del arte nórdico, con el uso de elementos arquitectónicos, como el pórtico, fruto del conocimiento de la teoría artística italiana.