Un grupo de ninfas se entretiene dando caza a un ave con sus arcos. Entre ellas se distingue, por la media luna sobre su cabeza, a la diosa Diana, quien abraza a uno de sus perros de caza.
La obra es una placa de cerámica realizada en los talleres del Buen Retiro imitando la manufactura inglesa de Wedgwood. Esta técnica se basa en la utilización de pasta tierna teñida de cobalto para dar tonalidades azules, a la que se sobreponen diferentes relieves en bizcocho hechos a molde, modelados y rematados con el pincel.
Probablemente se trata de una de las piezas que adornaron la Casita del Príncipe de El Escorial, donde todavía se conservan sus compañeras. Los temas de estas obras versaban sobre diversos aspectos: flores, mitología, amorcillos, paisajes o ruinas, siempre desde un punto de vista ornamental y decorativo muy al gusto de la estética dieciochesca.