Pareja del Nº Inv. 5677, que representa también un Bodegón de cocina, ambos lienzos, fechables probablemente en las décadas centrales del siglo XIX, se inscriben en la tradición de la pintura española de naturalezas muertas, evocando tanto los esquemas compositivos como el lenguaje técnico de algunos bodegonistas de la segunda mitad del siglo XVII. Así, los alimentos están resueltos con jugosos empastes para resaltar sus volúmenes, atendiendo especialmente a los efectos de los brillos del cristal y la loza, así como al modelado de los objetos a base de una iluminación muy dirigida, que marca los contraluces, situando los diferentes elementos del bodegón en el espacio. Esta pareja de bodegones son buen testimonio del auge ininterrumpido que este género mantuvo entre la clientela de la burguesía media a lo largo de todo el siglo XIX, y del que el Museo Lázaro cuenta con otros ejemplos igualmente interesantes, siendo esta época por el contrario la menos estudiada, lo que impide perfilar aunque sea mínimamente las personalidades de una verdadera legión de pintores más o menos dotados que dedicaron su carrera a la ejecución de bodegones y floreros, muchas veces simplemente para asegurarse el sustento por ser cuadros de fácil venta por sus económicos precios, al considerarse este género como menor en los ambientes artísticos oficiales.