Sobre fondo oscuro se destaca la figura de medio cuerpo de un anciano, con el torso ligeramente girado hacia la izquierda y la cabeza hacia la derecha mirando de reojo al espectador. Sujeta con la mano derecha una vela para alumbrar un manuscrito que sujeta con la izquierda y del que sólo se ve la parte posterior.
Se trata de un "nocturno", género en el que Schalcken se especializó desde el comienzo de su actividad. Deriva de las escenas con uno o varios personajes dedicados a la lectura, la escritura o el estudio a la luz de una vela o un candil, iniciadas en Leiden por Gerard Dou (1613-1675) como pretexto para el estudio de los reflejos de la luz artificial sobre las distintas superficies.
Al igual que sucede en sus retratos, Schalcken parece centrar su interés en la representación del reflejo de la llama en la pupila del personaje representado. En este sentido, la presente composición está muy próxima, por ejemplo, al Retrato de Guillermo III fechado en 1669 (Amsterdam, Rijksmusuem), si bien, desde el punto de vista técnico y estilístico, ésta que nos ocupa es posterior. En efecto, el tratamiento pictórico permite situar Anciano leyendo a la luz de una vela en la última etapa del pintor, cuando por influencia quizá de Caspar Netscher (1639-1684) o Frans van Mieris (1635-1681) sustituyó la técnica preciosista y minuciosa de su maestro Gerrit Dou, por una manera más libre, más suelta y de mayor sutileza en el tratamiento de los contrastes lumínicos. Resulta difícil de identificar al personaje, pero se trata del mismo modelo que el del Apóstol San Pedro, cuadro muy similar a éste en la técnica, composición, colorido e iluminación. Beherman (1988) fecha ambos cuadros entre 1700-1706 y plantea la posibilidad de que ambos hubieran formado parte de una misma serie, quizá un apostolado.
Según Madrazo, procede de la colección de Carlos II. En 1818 estaba en el Palacio de Aranjuez, de donde fue trasladado al Museo en 1847.