Este retrato y su pareja (P07607) fueron expuestos por primera vez en Amsterdam, en 1858. En esa ocasión fueron identificados como retratos de Lambert Witsen y su esposa Sara Nuysts por el supuesto parecido de la mujer con el retrato de aquélla, fechado en 1684 (Amsterdam Historisch Museum), y así fueron incluidos en la obra de Jan de Baen (1633-1702) Retrato de los regentes y las regentes de la Spinhuis de Ámsterdam.Moes (1877-1905) mantuvo esta identificación, si bien en 1900 el supuesto retrato de Lambert Witsen fue expuesto en La Haya como retrato de Gillis de Wildts. En 1893 ambos fueron sometidos a un tratamiento de limpieza que puso al descubierto el blasón en la parte inferior del retrato masculino que permitió a Van Krestchmar (1985) identificar correctamente a los retratados como Johan Rammelman y Alida Lange (1651-1694), su mujer. Sin embargo, Van Haeften retomó la identificación antigua. Con ella ingresaron en el Museo del Prado y ha sido la mantenida en el catálogo hasta la actualidad.
Ambos retratos responden a la tipología establecida por Netscher desde su instalación definitiva en La Haya, en 1662, con la que supo aunar las tendencias decorativas de la retratística francesa coetánea, la técnica de los llamados fijnschilders o "pintores preciosistas" de la escuela de Leiden y el formato pequeño de los retratos de su maestro Gerard ter Borch (1617-1681), más adecuado a las casas de la alta burguesía holandesa que los grandes formatos habituales en la obra de Anton van Dyck (1599-1641) y sus seguidores así como de los pintores franceses entonces de moda en Holanda.
Alida de Lange aparece sentada delante de un fondo de paisaje, como es frecuente en los retratos femeninos de Netscher. En este caso destaca a su espalda un rosal, atributo de Venus y símbolo del amor. Con su mano izquierda, que está apoyada sobre el regazo, recoge el borde inferior del manto, mientras que con la derecha sujeta las perlas, que bordean el escote del vestido. Está peinada a la moda francesa del momento. Las ricas vestiduras y los lujosos adornos son característicos de los retratos de Netscher y eran utilizados por los modelos exclusivamente para ser retratados. El gesto de la mano sujetando las perlas repite el del retrato de Catharina de Witte, de 1678 (Amsterdam, Rijksmuseum).Permaneció junto con su pareja en poder de la familia del retratado (por herencia: a su hijo Hendrick Rammelman; familia Pompe van Slingelandt; familia de Wilde; familia Backer-de Wilde; y Van Lennep) hasta la venta de la colección tras el fallecimiento en 1975 de Frans J.E. van Lennep. En 1983 fue adquirido, junto con su pareja, por el galerista londinense Juhnny van Haeften, y en 1989 por el coleccionista José Luis Álvarez (Madrid). En 1991 ingresó en el Museo del Prado.
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