Según el Antiguo Testamento, el patriarca Abraham y su mujer Sara acogen a tres peregrinos que se habían acercado a su casa en Mambré, a quienes generosamente lavaron y dieron de comer. Éstos, se descubren en agradecimiento como los tres ángeles enviados por Dios que anuncian al anciano matrimonio el milagro de su próxima descendencia (Isaac), origen del pueblo de Israel (Génesis 18, 1-19).
Tiepolo representa en esta obra el momento en el que los ángeles se aparecen como tales al patriarca que, ante la aparición, cae de rodillas con las manos unidas en oración. En el ángulo inferior derecho del lienzo pueden distinguirse la calabaza y el bastón roto, atributos de los peregrinos, y, a la izquierda, una cesta que contendría la comida compartida.
Perteneciente a la etapa española del pintor, destaca la arriesgada composición, protagonizada por el movimiento de los personajes y los contrastes cromáticos.
Se desconoce la iglesia para la que fue pintada la obra.