La exposición en primer plano de numerosos elementos militares, banderas, tambores, corazas y armas, da paso a una pintura de género que muestra, al fondo de la escena el descanso de unos soldados. A la izquierda del cuadro uno de los escuderos se afana en colocar las prendas de los militares.
Como en otras de sus obras, Teniers demuestra la capacidad para utilizar la luz en beneficio de la perfecta representación de la calidad de los objetos pintados. A la vez, la penumbra en que deja la estancia, relaciona la composición con las escenas de interior tan habituales en la producción del artista, que ilustran con gran verismo la vida cotidiana de Flandes.
Existen varias versiones del mismo cuadro, algunas de cuyas figuras, como el escudero, son empleadas por el autor en otros cuadros similares. Esta versión se documenta en la colección de Carlos IV en la Casita del Príncipe de El Escorial a finales del siglo XVIII