Busto de tamaño mayor que el natural, del emperador Trajano (98-117 d.C.) que, según Barrón, estuvo colocado sobre un pedestal de jaspe rojo. Tiene restaurada la nariz y la cabeza está pegada a la altura del cuello con fragmentos antiguos. La basa que tiene actualmente no es la original. El modelo parece derivar de un ejemplar del Museo Capitolino, en Roma. Barron (1908) y Richard (1923) lo catalogan como antiguo, mientras que Blanco y Lorente (1969) lo catalogan como copia moderna. La identificación en el inventario de Felipe II como procedente de la colección de don Diego Hurtado de Mendoza contribuye a situar la pieza dentro de la serie de bustos de emperadores que se hicieron en Roma en la primera mitad del siglo XVI.