Copia romana de un original helenístico. El retratado es un muchacho con un peinado ondulado que llega casi hasta los hombros. La cabellera tiene una raya y, con guedejas de curvatura casi simétrica, encuadra el rostro delgado e inexpresivo, cuya superficie contrasta con la cabellera sin pulir. En la parte frontal y en los lados, los mechones están separados unos de otros a través de estrías profundas, por lo cual la cabeza ha sido datada hacia la época tardoantonina. Por otra parte, no existe una incisión que defina el irís y las pupilas, tal como se esperaría de un retrato de dicha época.Por este motivo se han propuesto identificaciones de la cabeza con Narciso, con Eros (Hübner) y también con Eubuleo (Tormo); también (Blanco) ha sido interpretada como el retrato de un bárbaro. No obstante, sólo una comparación superficial haría creer que éstos y otros muchachos de la mitología antigua aparecen retratados de igual forma.La cabeza se trata muy probablemente del retrato de un joven; la obra, que no es de gran calidad y que se parece más que otras al retrato de Alejandro, fue hecha entre 170 y 180 d.C. Sin embargo, dado que la escultura no presenta ninguna de las características típicas de los retratos de Alejandro Magno, como por ejemplo la contracción de la frente, se puede descartar la hipótesis de que el retrato represente al mítico conquistador.