Busto de obispo con mitra y capa pluvial abrochada con cenefa de losanges en relieve y en el pecho, debajo del broche, se abre un hueco para colocar la reliquia, actalmente ausente. El rostro presenta angulosidades y corresponde a un hombre de mediana edad.
Este tipo de relicarios fueron comunes a partir de la segunda mitad del siglo XVI, sobre todo después de que se llenaran los armarios relicarios de El Escorial con los numerosos bustos encargados por Felipe II a Juan de Arfe y su yerno Lesmes Fernández del Moral. La moda persistió durante la primera mitad del siglo XVII y se hicieron gran cantidad de ellos para colocar encajonados en bancos o en nichos a lo largo y ancho de los retablos.
La identidad del obispo no puede deducirse por atributos o inscripciones. El estilo de la talla parece castellano.