Ocupa el antiguo palacio donde residieron Carlos I e Isabel de Portugal y donde nació su hija doña Juana. Esta, ya viuda del príncipe de Portugal, fundó en 1557 este convento de monjas franciscanas descalzas. Está sepultada en una capilla, con escultura funeraria orante realizada por Pompeyo Leoni. En la clausura se conserva la estructura y muchos elementos decorativos del palacio plateresco.