Procede del Museo Nacional de la Trinidad, adonde llegaron sobre todo obras de instituciones religiosas de Madrid y las provincias limítrofes. Sus características estilísticas animaron a Sánchez Cantón a atribuirlo a Alejandro de Loarte, si bien no hay ninguna seguridad. María Magdalena es uno de los personajes del Nuevo Testamento que con más frecuencia ha sido representado, aunque a lo largo del tiempo han variado los episodios que más interesaban. Desde mediados del siglo XVI hubo un énfasis en las escenas que la representan retirada en penitencia y meditación, lo que coincide con el extraordinario interés por el sacramento de la penitencia que desarrolló la iglesia contrarreformista. La presente es, sin embargo, una imágen poco habitual, pues aparece completamente desnuda, cubierta únicamente por su propio cabello, y se subrayan las referencias a un contexto salvaje y despojado.