Gran llamador de puerta en hierro forjado y fundido. La pieza durmiente es de labor de claraboyas, en placas sobrepuestas, y se corona con gran chambrana calada de fundición, coronada con ángel sosteniendo escudo y llevando bajo la chambrana busto del Padre Eterno. El aldabón es una pieza larga vertical, con figurilla de cuerpo entero de Santa con torre y espada, Santa Bárbara. Bajo ella mango con cabeza femenina. En el siglo XIX se produce una rápida evolución tecnológica que acabará por reemplazar a la antigua fragua medieval. Se da un resurgir en esta época del arte del hierro relacionado con el movimiento romántico y su interés por recuperar métodos tradicionales. Este llamador neogótico, con sus columnas estilizadas y la tracería calada, imita a los grandes ventanales de los templos góticos.