Dos figuras alegóricas aluden a los dos sentidos representados. El Olfato huele unas flores que le da un amorcillo, la Vista mira su reflejo en un espejo sostenido por otro amorcillo. Todo lo pintado alrededor de estas figuras son alusiones a los representados. El gato de algalia representa el olor desagradable y el perro el olfato fino. La lupa simboliza la visión física, mientras que a la visión espiritual se alude mediante lienzos como La curación del ciego.
Brueghel demuestra su capacidad para la representación de los objetos y la fidelidad a las texturas originales, y al mismo tiempo aprovecha para representar una completa galería de pintura, un tema muy habitual entre los pintores flamencos.
El frecuente hábito de los artistas nórdicos de colaborar en una misma obra, se da aquí de manera singular, ya que con Brueghel participan otros autores como Gerard Seghers, Frans Fracken, “el Joven”, y Joost de Momper representando muchos de los elementos que integran la composición.
Compañera de la alegoría de El Oído, el Gusto y el Tacto (P1404), ambas llegaron en 1623 a Madrid, para la decoración de la Torre de la Reina del Alcázar.