Ante un tapiz de brocado, situado en medio de un arco, María, de pie, en el eje de la composición, amamanta a su hijo. A ambos lados del tapiz, por encima del muro bajo que cierra el jardín en el que está la Virgen -hortus conclusus- se puede ver el paisaje con una ciudad al fondo, a la derecha.
Considerada tradicionalmente obra de un discípulo de Jan van Eyck, hoy se atribuye a Provost que, como otros pintores brujenses se inspira en modelos anteriores: La Virgen del ábside de Robert Campin y la Virgen de la fuente de Jan van Eyck del Museo de Amberes.
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