Una intensa nevada sirve a Goya para realizar su interpretación del invierno, tema de esta composición. Sin embargo, además de una representación cotidiana, Goya introduce, como es habitual en muchos de sus cartones para tapices, un tema social. Tres campesinos regresan cubiertos con sus mantas de lo que parece un infructuoso intento de comprar un cerdo, pues van de vacío y con miradas sombrías debidas al frío y al hambre. Otros dos, mejor vestidos, probables sirvientes de alguna rica casa, cargan con un enorme cerdo abierto en canal. El famélico perro de los campesinos, humilde él también, retraído y con el rabo entre las patas, advierte de antemano el encontronazo entre ambos grupos.
El cuadro es parte de los cartones pintados por Goya para los tapices del comedor del Príncipe en el Palacio de El Pardo.
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