Se representa a Vibia Sabina (83 - 136 d.C.) al modo del último tipo de retrato, creado a comienzo de los años treinta del siglo II, poco antes de que la emperatriz cumpliera 50 años. Esta obra no representa a Sabina de acuerdo con su aspecto en ese momento, sino como una mujer joven. Ello constituye un sorprendente cambio de rumbo en la retratística de Sabina, pues en el primer tipo de retrato se le representa con los rasgos de "augusta", como una matrona y con un peinado de trenzas muy parecido al que usaba su madre, Matidia. También en los dos tipos de retratos creados a continuación, la emperatriz se atiene al ejemplo de su tía Plotina y al de Livia, la primera emperatriz romana; es interesante resaltar que, a juzgar por las monedas, ya en estos retratos divulgados aun antes de 130 d.C. se observa un procedimiento ambiguo en la caracterización de la edad. Así como los retratos al estilo de Plotina, con trenza en la nuca, presentan una emperatriz mayor y con cara ancha, como también una más juvenil, existen versiones que imitan al de Livia del tipo Ceres, reflejando su verdadera edad y también versiones idealizadas. El tipo del retrato del Prado representa a la emperatriz como mujer joven. El retrato parece haber sido creado en Atenas, ciudad que Sabina visita con Adriano en 128 d.C. y donde se conserva un retrato que documenta un estadio anterior al tipo del Prado. La cabeza de la presente obra fue trabajada, por los ojos marcados, entre 130 y 138 d.C. El trabajo del busto se parece al de los bustos creados 20 años más tarde, aproximadamente en 150 d.C., es decir, que el busto no es el que originariamente pertenecía a esta cabeza.