La presente obra supone uno de las escasa incursiones del autor en el género retratístico. En este delicado retrato reproduce una de las más exitosas tipologías de su época, rememorando la solidez de la tradición retratística barroca española, adaptada a los modelos franceses académicos posteriores a Ingres.La figura se situa contra un fondo neutro de tonos oscuros, que proyecta contra la retratada un sombreado pétreo. Hay que destacar la intensidad tonal de la factura, poco frecuente en Ferrant, quien suele tender a una mayor blandura y a las entonaciones opacas. Infrecuente es también en su obra el tipo de iluminación aquí emplaeada, de una gran potencia, que evoca ciertos recursos de Zurbarán. La retratada es Isabel Aragón Rey, quien andando el tiempo casaría con Nicolás Escolar y Sénz-López, prestigioso médico madrileño, emparentado con el político Práxedes Mateo-Sagasta y Escolar.