De más de medio cuerpo, situado de perfil y con el rostro girado al espectador, el músico sostiene un instrumento, un archilaud de mástil largo o un chitarrone. Vestido de negro sobre un fondo oscuro, únicamente destacan las carnaciones y los toques blancos del cuello y puños.
Ha sido tradicionalmente identificado como Jacobo Gaultier, laúd de la corte inglesa de 1617 a 1647. Pero la presencia de la espada y las características del estilo, que inducen a fechar el cuadro antes del viaje de Van Dyck a Londres, cuestionan tal identificación. La presencia del instrumento musical no implica necesariamente la dedicación del personaje a este arte. Símbolo cortesano por excelencia, las alusiones a la música se incluyen en ocasiones en los retratos como un signo de refinamiento intelectual y distinción.
El cuadro no aparece documentado hasta 1734, entre las pinturas que sobrevivieron al incendio del Alcázar de Madrid.