La pequeña estatua, antes conocida como personificación de la elocuencia debido a los atributos añadidos, representa a una mujer joven. Viste un chitón fino, del que aparecen las mangas abotonadas en la parte superior de los brazos, así como un pesado peplo ceñido debajo del busto, con un amplio doblez cuyos bordes coinciden en el lado derecho. El cinturón está anudado debajo del pecho con el llamado nudo de Heracles; sus terminaciones crean lazos que, a su vez, llevan pequeños plomos. De la cabeza original, actualmente perdida, se conservan dos largos rizos en forma de tirabuzón, que caen lateralmente sobre los hombros (el derecho está más desgastado), así como el resto de un rizo en la nuca. La figura calza sandalias. Diversas estatuas griegas de mujeres, de finales del siglo IV a.C., no sólo presentan el mismo atuendo, sino también proporciones similares. En todas ellas, la tela del vestido aparece en ambos lados del pecho algo sacada por debajo del cinturón, lo que tiene como consecuencia que simétricos pliegues cónicos enmarquen de manera decorrativa el pecho. Los mencionados pliegues acanalados que ocultan las redondeces del cuerpo y los pliegues laterales que flanquean las piernas destacan la vista frontal de las estatuas, lo que también constituyen una característica de la escultura ática de la segunda mitad del siglo IV a.C.
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