Retrato ecuestre del rey Felipe III (1578-1621), hijo de Felipe II (1527-1598) y de Ana de Austria (1549-1580), sobre fondo de marina. Vestido con la riqueza propia de su condición, destacan la famosa perla “Peregrina” en su sombrero y la gran gorguera de holanda fina que en 1623 sería prohibida por la pragmática antisuntuaria dada por su hijo.
Se ha supuesto que el paisaje hace alusión al viaje del Rey a Portugal en 1619. La posición del caballo en corveta y el “bastón de mando” que el Monarca sostiene con su mano derecha sirven para subrayar la imagen de poder y majestad.
Este lienzo fue colgado en uno de los lados menores del Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro, Madrid, aunque parece ser que fue realizado con anterioridad y retocado para su nuevo destino. Se cita en los inventarios de 1772 y 1794 del Palacio Real de Madrid, pasando a formar parte de las colecciones del Museo del Prado en 1819.
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