Jan van Kessel II es uno de los excepcionales cultivadores del subgénero que constituye la retratística de grupo en la pintura española. Muy pocos son los ejemplos de retratos múltiples en el arte hispánico previos a la llegada de este pintor flamenco; más allá de la gran tela de Las Meninas de Velázquez. Además de una sensación de cotidianeidad, esta pintura encierra una profusa carga de símbolos alusivos a la fidelidad y el amor conyugal, donde animales, plantas e incluso las actitudes de los personajes contienen un valor simbólico.