El joven pícaro y el mono complican el motivo del soplón, ya desarrollado por El Greco en Italia, transformándolo en una sugestiva y enigmática escena de género. Posible alegoría del deseo sexual, también puede estar inspirado en una obra clásica muy utilizada en la época, la Historia Natural de Plinio el Viejo.
El interés por los efectos lumínicos y la importancia del color tienen su origen en la pintura de los Bassano, que el cretense conocería en Venecia.