Tras el cortinaje rojo, descorrido a la izquierda de la composición, se abre de forma no poco teatral este retrato múltiple que describe a los miembros de una familia en el desarollo de diferentes actividades intelectuales o artísticas. A la izquierda, la figura de la esposa teclea el piano, mientras a la derecha, las dos hijas rodean al padre que, en uniforme militar, pinta ante el caballete una escena bélica. Junto a él, descansan sobre el suelo los utensilios de pintura, libros y otros objetos, entre los que destaca la presencia de una boina azul, que lo identifica como soldado de los batallones carlistas del ejército del Norte.Si bien desde antiguo se ha querido ver en los retratados a la familia del pintor Joaquín Domínguez Bécquer, tío del autor, dicha identificación parece muy discutible, por diversos motivos, entre los que no sería el menos importante el de la proximidad de aquel a la familia de Isabel II, de la que fue pintor de cámara, resultando inverosímil el activismo militar del pintor en el bando contrario a los intereses de la Corona.