Don José de Urrutia y de las Casas (1739-1809) es el único militar de su época que sin tener título de nobleza alcanza el grado de capitán general. Por su actuación en el sitio de Ozaku (Crimea) en 1789, Catalina de Rusia le concede la Cruz de San Jorge, que ostenta en el retrato. En 1798 es alejado de todo cargo público por sus diferencias con Manuel Godoy.
El retrato, uno de los estudios psicológicos más agudos del Goya maduro, fue un encargo de los duques de Osuna y recuerda obras de Reynolds y otros retratistas ingleses, conocidas seguramente por estampas. A pesar de que Goya resalta los símbolos externos de su condición de militar -el uniforme, la condecoración, el bastón de mando y la espada-, incide en la personalidad y psicología del general, lleno de dignidad, dureza, capacidad de decisión y una cierta reserva.
Firmado en una piedra, en el ángulo inferior derecho.
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