Lienzo comprendido en la serie de escenas de la playa de El Cabañal de Valencia que realiza Sorolla en el verano de 1909 tras su vuelta triunfal de los Estados Unidos. También se tituló El caballo blanco. Se manifiesta la maestría del pintor en esta paleta tan especial a base de pardos, azules y blancos, que nos recuerda a lo pintado en Biarritz tres años antes.