El cuadro está firmado y fechado en 1627, el mismo año en el que murió su autor. Aunque éste se distinguió principalmente como retratista cortesano, en los últimos años de su carrera firmó varias pinturas religiosas, que realizó con un estilo muy personal, en el que se aprecia un gusto por un cromatismo brillante y unos volúmenes nítidos que lo acerca a otros pintores españoles, como Juan Bautista Maíno, con un interés por los efectos lumínicos y la descripción detallada, muy característico de la escuela naturalista. Algunos de los fragmentos del cuadro, como la Virgen amamantando al Niño, tendrían gran influencia en otros artista de la escuela madrileña.