Bellísimo estudio de doña Isabel de Segura, protagonista de la leyenda decimonónica Los amantes de Teruel dramatizada en verso por Hartzenbusch.
La novia, dispuesta a casarse con don Rodrigo de Azara, prometido elegido por su padre, refleja en su rostro la profunda tristeza y desesperación por no poder desposarse con su verdadero amor don Diego de Marsilla.
La modernidad del arte de Muñoz Degrain queda especialmente patente en esta obra, donde el detallismo con el que está realizada la figura de doña Isabel contrasta con la pincelada suelta y desvaída del fondo, donde apenas pueden identificarse los perfiles de los tapices que decoran las paredes, y el joyero y el jarrón que se encuentran sobre la mesa de la derecha. Esta técnica proviene directamente de la admiración del artista por la pintura veneciana del siglo XVI, donde priman la cualidad puramente pictórica de la obra, y la exhuberancia y colorido finales, frente a la linealidad del dibujo.
Del mismo autor se conserva el cuadro relacionado con el mismo tema Los amantes de Teruel (P4521), realizado en 1884 y presentado junto a éste en la Exposición Nacional de 1884.
Este cuadro fue adquirido por el Estado por Real Orden de 28 de noviembre de 1884 para el Museo del Prado, desde donde ingresó en el desaparecido Museo de Arte Moderno.
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