Uno de los vasos más bellos de los conservados en el Museo del Prado, que en la actualidad sólo conserva la pieza central. Tiene cuerpo ovalado, con asas en forma de mujeres aladas y está decorado en la banda central con una escena de cacería identificada bien como la cacería de Meleagro, descrita por Ovidio en las Metamorfosis (Libro VIII), o como la caza del jabalí del Arco de Constantino en Roma.
Esta obra forma parte de la herencia recibida por el rey Felipe V (1683-1746) a la muerte de su padre, el Gran Delfín, en 1712.